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Thursday, February 12, 2009

La Casa de Mis Abuelos

12/2/2005

“La Casa de Mis Abuelos”


De niño, quería visitar a mis abuelos a la ciudad de “Arak” en el oeste del país durante las vacaciones. Me gustaba mucho su casa porque era muy grande, bella y misteriosa. Tenía diez años cuando la visite por la última vez antes de la muerte de mi viejo abuelo. El tenía 93 años cuando murió. Después de su muerte, mi abuela vendió la casa grande y se instaló a su casa en Tehran para estar cerca de sus hijos y nietos. Ella era mi abuela favorita, pero desgraciadamente, murió cuando tenía 18 años y estudiaba en los EE. UU. No pude regresar a Irán por su funeral.


Pero tengo muchos recuerdos buenos de su casa grande en Arak. Esa casa era una casa tradicional de los ricos en esa época. Estaba muy triste cuando oí que la casa fue destruida para construir un edificio de apartamentos modernos. Qué lastima! Era una casa histórica verdadera con una arquitectura diferente de las casas modernas en Tehran.

Ahora, voy a describir algunas de las características de esa casa.

La casa tenía muchas partes, incluso dos edificios, ambos con dos pisos, para la familia al norte y este del jardín, un otro edificio con dos pisos donde el primer piso tenía cuatro cuartos para cosas diferentes como una panadería, una cocina y una despensa. El segundo piso era la residencia de los criados. Yo la visité muchas veces buscando a Mahmood, mi favorito criado de mis abuelos. Su cuarto era muy grande y cómodo con un techo alto y muchos muebles. Había dos piscinas en el jardín, y también muchos árboles de frutas. Había un invernadero donde el jardinero guardaba sus flores y plantas durante el invierno. El invernadero era uno de mis favoritos lugares in esa casa, y quería aspirar y llenar mis pulmones con el olor de las plantas. La mayoría de los cuartos de las casa daban al jardín. Por eso era muy fácil para los habitantes conseguir una vista buena del jardín y algún aire fresco. También había dos traspatios (yardas) grandes al lado del jardín, uno para los pollos, y otro que era desierto, pero era para criar a unos animales, como las ovejas y los caballos, durante el invierno.

Recuerdo gráficamente, como si fuera hoy, un evento que ocurrió en el verano cuando tenía nueve años, para una fiesta religiosa. Mi abuela, Aziz, era una mujer muy amable y generosa que quería compartir su riqueza con los pobres cuando fuera posible. En ese día, Aziz decidió alimentar a los pobres ella misma en vez de dar el dinero a la mezquita para hacerlo. Los trabajadores construyeron estufas temporales en el jardín, al frente de la vieja panadería donde mi abuela puso algunas ollas grandes de arroz sobre las estufas para preparar la comida para los pobres. Entonces, ella mezcló cantidades grandes de la carne, lentejas, datiles, azafrán, mantequilla, y otras especias. La cantidad de la comida que había preparado, era suficiente para un ejército. Una mujer vieja, llamada, Señora Fatemeh, era responsable para hornear mucho pan fresco en la panadería, todo el día.

La gente supe que esa noche había uno rito religioso, llamado, “Nazri”, a la casa de Makinejad. Como mi abuelo era muy conocido en la ciudad, mucha gente oyó de esa fiesta y fue. Mi abuela estaba muy contenta porque pudo proveer el alimento a más de 300 personas esa noche. Fue una de las experiencias más importantes y satisfactorias de mi vida. Yo nunca había tenido tanto contacto con el pobre antes de esa noche. Era responsable para llevar los platos de la gente a mi abuela para llenarlos con la comida caliente y uno pedazo de pan, y después volvía corriendo atrás de la puerta, para devolver los platos a la gente. Mahmood era responsable para mantener el orden a la puerta. No sé cuantas veces corrí de acá para allá entre la puerta principal y la panadería, pero recuerdo que estuve muy cansada, y contenta también, esa noche cuando me acosté.

Otra experiencia importante para mi era el proceso de matar a un pollo por Mahmood. Cada vez que mi abuela quería cocinar un cocido con pollos, Mahmood era responsable de ir al traspatio de los pollos para escoger y coger un pollo pobre para nuestra cena. Lo acompañaba cuando el iba allí porque me gustaba mirarlo tratando de agarrar a un pollo. Era muy cómico. No era muy fácil agarrar un pollo porque ellos corrían muy rápido en todas direcciones, y Mahmood tenía que correr de acá para allá después de los pollos. Esta escena me hacía reírse mucho. Después de coger un pollo, Mahmood lo llevaba al otro traspatio, y cortaba la cabeza del pobre animal con un golpe rápido de cuchilla. Pero en ese momento, el cuerpo del pollo, sin la cabeza, se levantaba y empezaba a correr alrededor de las traspatio pro uno o dos minutos antes de caerse, inmóvil.

Me sentía muy triste para los pollos muertos, y no comía la cena que fue preparada con ésos por la tarde. Yo no podía comer a aquellos animales pobres que lucharon contra Mahmood tan duro por sus vidas. Esta experiencia era lo que me influenció de no comer muchas carnes. Desde entonces, he preferido las frutas y las verduras a la carne.
Todavía amo la casa aunque ya no existe más. Eso era la casa de mis sueños de infancia. A veces, viajo atrás a tiempo y visito la casa y paso algún tiempo con mis abuelos y Mahmood en mi memoria. Esta memoria es muy dulce. No tengo ninguna foto de la casa, y no sé si mis padres tienen alguna.

Es muy lamentable que las viejas casas desaparezcan de la escena y en cambio, los bloques de pisos feos sean construidos. Sólo recientemente, el gobierno de Irán ha comenzado a conservar algunas viejas casas con su arquitectura única como tesoros nacionales y permiso de ellas de ser vistas por el público. Si voy a Irán un día, mostraré definitivamente estas casas a mis niños para compartir algunas de mis experiencias de infancia con ellos.

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